Una profunda consternación recorre el departamento de Salta tras la condena de siete personas por perpetrar una compleja red de estafa que dejó a numerosas familias desamparadas y sin acceso a sus hogares.
La sentencia, emitida en un juicio abreviado ante el Tribunal de Juicio, pone fin a una investigación que reveló un entramado criminal sofisticado, donde los acusados utilizaron la confianza generada a través de las redes sociales para engañar a sus víctimas.
La fiscal penal Ana Inés Salinas Odorisio, quien representó al Ministerio Público Fiscal en el caso, explicó que los imputados operaban con una precisión letal, construyendo un relato falso de legalidad y seguridad para atraer a potenciales compradores.
Utilizaron plataformas como Facebook y un diario local para publicar anuncios aparentemente legítimos de lotes y casas a la venta bajo el nombre de la inmobiliaria ficticia LE Asociados.
Los documentos que les entregaban a las víctimas eran completamente falsos, reveló Salinas Odorisio, se basaban en escrituras falsificadas que simulaban acreditar la propiedad de los terrenos y usaban firmas apócrifas de notarios y propietarios.
El modus operandi de estos estafadores era meticuloso.Atraían a sus víctimas con promesas tentadoras de planes de financiación accesibles, incluyendo una entrega inicial en efectivo.
Luego, concertaban reuniones en los supuestos terrenos a la venta, donde formalizaban la transacción con documentos falsificados, convenciendo a las familias de que estaban comprando un pedazo de su futuro.
Las víctimas, muchas de ellas familias con escasos recursos, confiaron ciegamente en la apariencia legal y profesional de la operación, entregando sumas considerables de dinero sin sospechar que los terrenos no pertenecían a los acusados ni estaban disponibles para ser vendidos.
Entre los terrenos fraudulentamente ofrecidos se encontraban lotes ubicados en diversas zonas de la provincia, incluyendo las rutas 21 y 26, así como barrios del área urbana de Cerrillos.
El caso causó un profundo impacto emocional en las familias afectadas, quienes vieron cómo su sueño de tener una casa propia se convertía en una pesadilla.
Nos sentimos engañados, vulnerados, robados, expresó una víctima con la voz llena de dolor y rabia, dejándonos sin nada, sin nuestra esperanza de futuro.
La jueza Carolina Sanguedolce condenó a los siete acusados por el delito de estafa agravada.Luz Florencia Analía Córdoba y Noelia Maribel Milagros Córdoba fueron sentenciadas a tres años de prisión de ejecución condicional; Carlos Mauricio Córdoba, Jesús Esteban Córdoba y Celina Frías recibieron dos años de prisión condicional, mientras que María Elizabeth López Segovia y Nicanor José Facundo Figueroa Sánchez fueron condenados a seis meses de prisión condicional.
De las penas impuestas por la jueza Sanguedolce, los condenados se comprometieron a realizar una reparación económica integral que incluye la entrega de bienes muebles e inmuebles valorizados en más de 1 millón de pesos, incluyendo un inmueble, dos automóviles, dinero en efectivo, teléfonos celulares, una motocicleta y otros objetos.
La suma total de las reparaciones asciende a más de 100 millones de pesos, evidenciando la magnitud del daño económico causado por la red de estafa.
Esta sentencia no solo busca castigar a los responsables del delito, sino también reparar el daño infligido a las víctimas y enviar un mensaje contundente: La justicia actuará con firmeza contra quienes se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas para obtener beneficios ilícitos, afirmó la fiscal Salinas Odorisio.
El caso revela la necesidad de una mayor conciencia social sobre los riesgos de las estafas inmobiliarias y la importancia de verificar la legitimidad de las operaciones antes de realizar cualquier tipo de transacción financiera.
Las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para combatir este tipo de delitos, recomendando a la ciudadanía investigar minuciosamente a las empresas e individuos con los que se interactúa en el mercado inmobiliario.
El caso de la red de estafa inmobiliaria salteña sirve como un recordatorio amarga y urgente: La búsqueda del sueño de la casa propia no debe ser una aventura llena de riesgos y peligros.
La educación financiera, la información confiable y la vigilancia constante son las mejores armas para protegerse de estas redes que buscan explotar la esperanza de aquellos que anhelan un hogar propio.