El pasado año, la comunidad científica celebró el reconocimiento al trabajo pionero en bioquímica y inmunología con el otorgamiento del Premio Nobel a Katalin Karikó y Drew Weissman por sus descubrimientos sobre las modificaciones del ARN mensajero (ARNm) que dieron paso a las vacunas contra la COVID-19.

Este año, el galardón se entrega a Victor Ambros y Gary Ruvkun, científicos estadounidenses cuyos hallazgos revolucionarán nuestra comprensión de la regulación genética a nivel molecular: la existencia y función del microARN.

El Premio Nobel de este año honra a dos científicos por el descubrimiento de un principio fundamental que rige la regulación de la actividad de los genes, declaró la página oficial del galardón.

Esta nueva clase de pequeñas moléculas de ARN, conocida como microARN (miARN), ejerce un control crucial sobre la expresión génica.

El descubrimiento realizado por Ambros y Ruvkun reveló la existencia de más de mil miARN codificados en el genoma humano, abriendo una ventana a un nuevo sistema regulatorio fundamental para los organismos multicelulares.

Los miARN funcionan como interruptores moleculares que silencian o activan la expresión de genes específicos.

Esta capacidad les confiere un rol crucial en diversos procesos biológicos como el desarrollo embrionario, la diferenciación celular y la respuesta al estrés.

La investigación actual sugiere que las alteraciones en la función del miARN se relacionan con enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

Los microARN están demostrando ser fundamentalmente importantes para la forma en que los organismos se desarrollan y funcionan, afirma la página oficial del Premio Nobel.

El descubrimiento de Ambros y Ruvkun abre nuevas perspectivas para el desarrollo de terapias dirigidas a manipular la expresión génica a través de la regulación del miARN, ofreciendo un enfoque prometedor para tratar una amplia gama de enfermedades.