La comunidad de Cerrillos, ubicada al oeste de la ciudad, se encuentra conmocionada tras el hallazgo de una decena de bombachas abandonadas a lo largo de la ciclovía de la ruta provincial 23.

Esta inusual situación ha generado un clima de incertidumbre y especulación, con algunos vecinos atribuyendo el acto a posibles hechizos de amor o rituales esotéricos.

El hallazgo, realizado por ciclistas durante el fin de semana pasado, incluye prendas en buen estado que parecen haber sido arrojadas deliberadamente.

Mauricio, un residente del barrio El Huerto, descubrió al menos quince tangas cerca de su hogar.Más tarde, otro ciclista, Arnaldo, encontró más prendas similares en la misma zona.

Nunca había visto algo así, declaró Mauricio con asombro.Me llamó la atención que estuvieran todas juntas y aparentemente nuevas, como si alguien las hubiera tirado a propósito.

En el ámbito del esoterismo, los rituales de amor con prendas íntimas son conocidos por su supuesta capacidad para atraer o recuperar a una pareja.

Según expertos en temas esotéricos, estos hechizos buscan manipular las energías y emociones del individuo deseado.

Existen diversas prácticas ocultas que utilizan prendas íntimas como elementos para canalizar el poder de los hechizos, explicó un especialista en rituales ancestrales quien pidió mantener su anonimato.

La intención detrás de estas prácticas puede variar, desde atraer el amor hasta fortalecer una relación existente.

No obstante, la policía local descarta por ahora cualquier conexión con actividades criminales o ocultistas.

Estamos investigando todas las posibilidades, señaló un vocero policial.Si bien los hallazgos son inusuales, no hay indicios que apunten a ningún delito específico en este momento.

La aparición de estas prendas íntimas ha generado una profunda inquietud entre la comunidad de Cerrillos.

La incertidumbre sobre el motivo detrás del acto y las especulaciones sobre posibles prácticas ocultas alimentan una atmósfera de temor e incertidumbre.

Es muy perturbador encontrar esto en nuestro barrio, comentó una vecina que prefirió mantener su identidad en reserva.