La vida dura pero digna de los mineros en la Puna salteña

Ser minero en la Puna salteña es una profesión que exige resiliencia y un profundo apego al trabajo duro.

Ariel Castillo, operador de maquinarias en la minera Bórax, es un ejemplo vivo de esta realidad.Nacido y criado en el pueblo de Tincalayu, un asentamiento que surgía a partir de la actividad minera, el destino lo llevó a seguir los pasos de su padre, quien también fue minero durante toda su vida.

Soy de una familia minera.Mi papá siempre fue un minero, se jubiló hace un año, relata Castillo.

Tincalayu, que llegó a albergar a más de 500 personas en la década de los 80, contaba con sus propias infraestructuras: hospital, escuela y destacamento policial.

Este pueblo, ahora desaparecido, reflejaba la importancia del trabajo minero para la región.
Castillo no es ajeno al sacrificio que implica esta profesión.

Tras trabajar en diferentes lugares del país operando maquinaria pesada, regresó a Salta buscando una vida más estable junto a su familia.

Ser minero es un trabajo duro, pero digno, afirma sin dudar. El trabajador resalta las difíciles condiciones climáticas y de altura de la Puna, además del tiempo que deben pasar lejos de sus hogares, como elementos que hacen de esta profesión un reto para muchos.

Muchos vinieron a la mina y no aguantaron ni tres días.Extrañaban o no aguantaban el clima.Hay que hacer un tiempo de adaptación para estar aquí, reconoce.

A pesar de las adversidades, Castillo describe un fuerte sentido de comunidad entre los trabajadores.

Acá la llamamos la segunda familia.El vínculo se fortalece aún más en situaciones difíciles, como las que enfrentan a diario al transitar por caminos deteriorados y precarias rutas puneñas.

Los caminos están un desastre, falta mantenimiento, falta nivelación de las rutas en muchos tramos, aunque en algunas partes se están arreglando de a poco, describe con preocupación.

Las condiciones de las vías ponen en riesgo la seguridad de los trabajadores que recorren diariamente largas distancias para llegar a sus lugares de trabajo.