Tras ocho siglos de intriga, la identidad de una estrella misteriosa que iluminó el cielo nocturno en 1181 ha sido finalmente revelada.
Observadores chinos y japoneses registraron su aparición como un cuerpo celeste brillante cerca de Casiopea, observando su intenso resplandor durante seis meses antes de su desaparición abrupta.
La búsqueda del origen de esta explosión estelar llevó a los investigadores por décadas sin lograr una solución satisfactoria.
En 2021, un nuevo descubrimiento revolucionó el campo: la nebulosa Pa 30, descubierta en 2013 por Dana Patchick, astrónomo aficionado, se reveló como el remanente de la supernova 1181.
Lo sorprendente es que, dentro del remanente, los científicos encontraron una estrella zombi, un vestigio sobreviviente a la catástrofe estelar.
Normalmente una explosión de este tipo destruiría por completo la estrella, pero en este caso, parte de ella permaneció intacta, explica Adam Makarenko, astrónomo del W.M. Keck Observatory.
Este fenómeno se clasifica como una supernova de tipo Iax, caracterizada por una explosión termonuclear parcial en una enana blanca, un tipo de estrella muerta que ha agotado su combustible.
La estrella zombi ofrece una ventana única para comprender estos eventos estelares raros y desafiantes.
Más allá de la singularidad de la estrella zombi, los filamentos extraños que emanan de ella añaden otro nivel de misterio.
Su forma recuerda a pétalos de diente de león, creando una imagen estéticamente impactante. El Keck Cosmic Web Imager (KCWI), un potente espectrógrafo ubicado en Hawái, permitió a los investigadores obtener una imagen tridimensional del remanente de la supernova, revelando la expansión balística de estos filamentos a velocidades de 1.000 kilómetros por segundo.
Este dato es clave porque indica que el material no ha sido ni desacelerado ni acelerado desde la explosión original, señala Makarenko.
Esta información crucial permitió una datación precisa del evento explosivo en 1181, confirmando su antigüedad milenaria.
La forma asimétrica del remanente y el vacío alrededor de la estrella zombi sugieren que la explosión no fue uniforme, planteando nuevas preguntas sobre la naturaleza de estas supernovas.
El descubrimiento de la supernova 1181 abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión del cosmos y sus eventos más dramáticos, ofreciendo una mirada fascinante a los secretos ocultos del universo.