El trastorno de personalidad narcisista (TNP) se caracteriza por un patrón persistente de necesidad excesiva de admiración, falta de empatía y una sensación grandiosa de autoimportancia.
Si bien la Real Academia Española define al narcisismo como el cuidado exagerado del aspecto físico o una elevada autoestima, existen matices importantes que distinguen a este rasgo normal de un trastorno psicológico grave.
Un estudio de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) destaca la complejidad del TNP: las personas con esta condición pueden ser exitosas profesional y socialmente, pero también pueden presentar problemas de funcionamiento, baja autoestima e incapacidad para tolerar críticas o derrotas.
Como explican los profesores Igor Weinberg y Elsa Ronningstam de la Universidad de Harvard en una investigación publicada en Focus, revista de la APA, Pueden ser grandiosas o autodespreciativas, extrovertidas o socialmente aisladas, capitanes de industria o incapaces de mantener un empleo estable.
Las dificultades en las relaciones son comunes entre las personas con TNP. Su autopreocupación, necesidad constante de admiración e insensibilidad hacia los demás dificultan la construcción y mantenimiento de vínculos saludables.
La investigación de Weinberg y Ronningstam también señala una mayor predisposición a padecer otras afecciones como angustia, depresión, ansiedad y trastornos por consumo de sustancias en individuos con TNP.
A pesar de que el TNP puede presentar un riesgo significativo para el bienestar emocional y social de quien lo padece, existen posibilidades de cambio.
Un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología revela que las personas tienden a volverse menos narcisistas con el paso del tiempo.
Las diferencias individuales permanecen consistentes: aquellos con rasgos narcisistas desde la infancia son más propensos a conservarlos en la adultez.
El Dr. Zachary Rosenthal, psicólogo clínico de Duke health, propone un test para identificar posibles casos de TNP. Este cuestionario se enfoca en nueve características clave que permiten distinguir entre una tendencia narcisista temporal y el trastorno persistente: sentido de autoimportancia superior al promedio, preocupación excesiva por poder, belleza o éxito, sentimiento de derecho a recibir trato especial, explotación interpersonal para beneficio propio, arrogancia, falta de empatía, necesidad constante de admiración, envidia hacia los demás o creencia de que los demás les tienen envidia.
Según el Dr. Rosenthal, si una persona presenta al menos cinco de estos rasgos con frecuencia, es importante buscar ayuda profesional para un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.
El psicólogo enfatiza que los narcisistas no son malas personas, pero su comportamiento problemático surge de una percepción distorsionada de sí mismos y del mundo, donde se consideran superiores a los demás.