El impacto del fenómeno climático El Niño en la historia de la Tierra ha sido profundo e innegable.

Un nuevo estudio publicado en la revista Science, liderado por investigadores de la Universidad de Bristol y la Universidad de Geociencias de China Wuhan, propone una explicación crucial para la extinción masiva que devastó al planeta hace aproximadamente 252 millones de años: la extinción del Pérmico-Triásico.

Durante mucho tiempo, los científicos han reconocido el papel fundamental de las erupciones volcánicas masivas en Siberia durante esta época, liberando cantidades exorbitantes de dióxido de carbono y provocando un calentamiento global extremo que arrasó con ecosistemas marinos y terrestres.

La magnitud de la destrucción, especialmente sobre la vida terrestre como plantas e insectos generalmente resilientes, era un misterio.

El estudio sugiere que eventos intensos y prolongados de El Niño amplificaron los efectos del calentamiento global, creando un clima caótico e impredecible letal para muchas especies.

Alexander Farnsworth, coautor principal del estudio, explica: El calentamiento global por sí solo no explica la devastación de la extinción.

Cuando los trópicos se calientan excesivamente, las especies suelen migrar a latitudes más frías.

Descubrimos que los aumentos en los gases de efecto invernadero no solo calentaron el planeta sino que intensificaron la variabilidad climática, haciendo el entorno más impredecible y salvaje.

El análisis de fósiles de conodontos, pequeñas criaturas marinas extintas, reveló un descenso alarmante en los gradientes de temperatura entre las bajas y medianas latitudes.

Esto indica que el planeta entero se volvió insosteniblemente caliente. Las temperaturas en tierra alcanzaron niveles mortales para la mayoría de las especies, desencadenando incendios forestales masivos y destruyendo la vegetación, lo que a su vez aceleró el cambio climático al reducir la capacidad de absorción de CO2 por parte de las plantas.

Farnsworth destaca que los eventos de El Niño contemporáneos ya están provocando cambios significativos en los patrones climáticos, como la ola de calor del 2024 en América del Norte, donde las temperaturas fueron 15C más altas de lo normal.

Añade, estos eventos son breves comparados con la duración de las crisis de El Niño durante el Pérmico-Triásico que persistieron durante décadas.

La extinción masiva del Pérmico-Triásico no solo es una historia de tragedia natural, sino también una advertencia sobre el impacto devastador que el cambio climático puede tener en la biodiversidad.

Los fenómenos de El Niño actuales ya están afectando severamente los ecosistemas, blanqueando corales y causando la muerte masiva de peces.

La lección principal es que las dinámicas climáticas interconectadas que llevaron a este evento catastrófico tienen ecos en los desafíos ecológicos que enfrentamos hoy.