La peregrinación, que se estima contó con más de 10 mil participantes, inundó las calles de la ciudad con un mar de ropas coloridas y rostros iluminados por la esperanza.
El trayecto, que se extendió por 160 kilómetros, comenzó el pasado 9 de septiembre desde Cachi, pero en el camino se sumaron caminantes de otras localidades como Palermo, Luracatao, La Zanja, Cerrillos y Agua Negra, entre otros.
Unidos por la oración y la promesa de pedir por la salud de sus seres queridos, el bienestar de sus familias y una mejor situación para el país, los peregrinos demostraron un espíritu de unidad y resiliencia ante las adversidades del camino.
Este recorrido no tiene explicación, expresó Casimira, una mujer que partió desde Cachi y al llegar a la Catedral se desbordó de emoción.
Es pura emoción, puro sentimiento. Gracias a Dios el recorrido fue tranquilo.Es hermoso que la gente nos reciba de esta manera.
El padre Juan Pablo, quien viajó desde Buenos Aires para unirse a los peregrinos de Cachi, compartió su experiencia con profundo asombro: Mi corazón explota, realmente mucho gozo.
Darle gracias al Señor porque me siento reanimado y reconfortado por toda la fe de tantos hermanos que han venido caminando.
La peregrinación no solo fue una muestra de profunda devoción, sino también un acto de esperanza y petición por el futuro del país.
Para muchos el describir lo que sintieron en esos momentos, al cumplir con su propósito, fue imposible, comentó una peregrina que participó en la jornada.
No existen palabras para describirlo.
El fervor religioso se extendió a los jóvenes como Ulises, un cerrillano de 26 años que tuvo el honor de cargar a la Virgen del Milagro.
Para él, esta experiencia fue transformadora y algo que todos deberían vivir al menos una vez en su vida.
Teresa, una capitalina que lleva 13 años peregrinan, cargó en su pecho la imagen de Loan, un niño desaparecido hace tres meses en Corrientes.
Pido que Loan y todos los niños desaparecidos aparezcan, dijo con voz rota por la emoción. Es como si fuera mi hijo, me duele el alma.
Alberto llegó desde Cachi hasta las lágrimas para agradecer a la Virgen del Milagro por la vida de sus hijas, quienes al nacer sufrieron graves problemas de salud.
Tengo que agradecer al Señor y a la Virgen del Milagro que mis hijas estén, dijo mientras se desbordaba de emociones.
La peregrinación más larga, la de Santa Victoria Oeste, llegó también a su fin.Estos 500 peregrinos, quienes iniciaron su caminata desde el norte de Salta el pasado 1 de septiembre, completaron un recorrido de más de 700 kilómetros para llegar al encuentro con la figura venerada del Señor del Milagro.
Este año, la peregrinación fue una muestra contundente del poder de la fe y la unión en la búsqueda de sanación, esperanza y renovación espiritual para las comunidades que la viven.