¿Por qué los alimentos espaciales saben tan poco?Un estudio revela el enigma de la insipidez en el espacio.

El viaje humano hacia el cosmos, aunque fascinante, enfrenta numerosos retos para los astronautas. Más allá de las dificultades físicas como la desorientación o la debilidad muscular provocada por la falta de gravedad, existe otro problema que afecta su bienestar diario: la insipidez de la comida.

Un estudio publicado en la revista International Journal of Food Science and Technology ha arrojado luz sobre este enigma, revelando que el culpable podría ser el aroma.

Anteriormente se creía que la baja gravedad alteraba la circulación sanguínea, provocando hinchazón facial y congestión nasal, lo que afectaba la percepción del gusto y olfato.

Los astronautas reportan que este problema persiste incluso después de reestablecerse la fluidez corporal, apuntando a un factor adicional.

Julia Low, autora principal del estudio y miembro del Real Instituto Tecnológico de Melbourne, señala en un comunicado que el hecho de que la percepción del sabor se vea afectada incluso después de corregir los problemas de flujo sanguíneo sugiere que hay otros elementos en juego.

Los investigadores plantean que factores psicológicos como el aislamiento y la incomodidad espacial podrían estar alterando la forma en que los astronautas perciben tanto los aromas como el atractivo de los alimentos.

Para comprobar esta hipótesis, se realizó un experimento con 54 participantes.Se sometió a un grupo a un ambiente normal y a otro a una simulación virtual del espacio exterior, recreando las condiciones de la Estación Espacial Internacional (EEI) con objetos flotantes, ruido ambiental y otros elementos propios del entorno espacial.

A los participantes se les presentaron muestras de tres olores: limón, almendra y vainilla, y debían valorar su intensidad en una escala de 1 a 5.

Los resultados fueron reveladores: el olor a limón percibido fue similar en ambos entornos, pero el de la almendra y la vainilla fue más intenso en el ambiente normal que en la simulación espacial.

Los investigadores sospechan que la diferencia podría estar relacionada con el benzaldehído, un compuesto aromático presente en las almendras y la vainilla, pero no en el limón.

Propone que para futuras misiones espaciales de mayor duración, se debería intensificar el aroma de la comida para mejorar la experiencia nutricional de los astronautas.

El objetivo final de esta investigación es desarrollar alimentos adaptados a entornos aislados, como el espacio, para asegurar una ingesta nutricional óptima y mejorar la calidad de vida de quienes viajan al cosmos.