Cada año, miles de salteños se embarcan en un viaje de profunda fe, recorriendo cientos de kilómetros a pie para llegar a la Catedral de Salta y venerar al Señor y a la Virgen del Milagro.
Esta tradición ancestral, más allá de ser una simple peregrinación, refleja la intensa devoción que los habitantes de la provincia sienten por sus patronos tutelares.
El sacrificio representa el amor hacia los patronos, afirma María, una peregrina que anualmente viaja desde San Antonio de los Cobres hasta la Catedral.
Este sentimiento de entrega se extiende a todos los que participan en las festividades, ya sean caminantes o voluntarios que brindan apoyo a los peregrinos durante su trayecto.
Carolina, quien aunque no realiza el camino completo, acude a Campo Quijano para recibir a los peregrinos provenientes de la Puna, explica: Uno se contagia de tanto amor, de tanta felicidad.
Hay que vivirlo para entender lo que sucede en Salta.
Para muchos, como Carlos, oriundo de Cerrillos, el peregrinaje es un momento de agradecimiento y conexión con la divinidad.
Cuando camino siento paz y tranquilidad interior.Es un momento de compartir, pero también de introspección y de encontrarse con uno mismo, relata.
Silvia comparte esta sensación: Peregrinamos porque renovamos y fortalecemos nuestra fe, conectándonos con la comunidad y con nuestra espiritualidad.
Siento una inmensa alegría, siento que nos unimos.
Fidel, por su parte, describe su peregrinaje como una expresión de fe y de agradecimiento.
Se siente algo especial al pasar por cada pueblo y ver el amor que expresa la gente.Y al llegar a la Catedral, la emoción es indescriptible.
La palabra pasión, originada del latín passiopassionis, se vincula intrínsecamente con un estado afectivo de padecimiento y sufrimiento.
Se trata de un sentimiento esencialmente cristiano, cuyo máximo símbolo es la cruz, donde Cristo padeció por amor.
Esta relación entre amor y sacrificio se refleja en el profundo compromiso de los salteños que, sin ser obligados, dedican días y esfuerzo físico para llegar a los pies del Señor y la Virgen del Milagro.