Una nueva investigación científica publicada en la revista Cell ha reavivado el debate sobre el origen del COVID-19, sugiriendo que animales salvajes podrían ser los responsables de la transmisión inicial del virus a humanos.
El estudio, respaldado por datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China (CDC), analiza muestras recolectadas en el mercado de Huanan, epicentro del brote inicial en Wuhan.
Utilizando la metatranscriptómica, una técnica que permite estudiar la expresión genética de microbios en su entorno natural, los investigadores encontraron secuencias de ARN de virus y bacterias en áreas donde se comercializaban animales salvajes.
Entre las especies identificadas, destacan perros mapaches, civetas y ratas de bambú, como posibles portadoras del virus.
Los animales como los perros mapaches y las civetas, posiblemente infectados, habrían sido introducidos en el mercado a fines de noviembre de 2019, desencadenando la propagación del virus, explican Kristian Andersen, profesor del Instituto Scripps Research en California, y Michael Worobey, de la Universidad de Arizona, co-autores del estudio.
Ambos expertos señalan que este análisis de los datos chinos es confiable y aporta nuevas evidencias sobre el inicio del brote.
La hipótesis de una transmisión zoonótica no es nueva.El SARS, otro coronavirus que causó un brote global en 2002, también se originó en animales salvajes.
Lo más arriesgado que podemos hacer es coger animales salvajes repletos de virus y jugar con fuego, poniéndolos en contacto con seres humanos que viven en grandes ciudades.
La densidad de población facilita la propagación de estos virus, advierten los expertos.
La nueva teoría tiene importantes implicaciones para la salud pública y la prevención de futuras pandemias.
Fortalecer la vigilancia en mercados de animales, educar a la población sobre los riesgos de las zoonosis y fomentar políticas de conservación de hábitats naturales son claves para minimizar el riesgo de futuros brotes.