Un estudio reciente de la Universidad de California en San Francisco ha descubierto una sorprendente conexión entre el nivel educativo de nuestros abuelos y nuestra propia edad biológica.

Los investigadores encontraron que los nietos de abuelos con estudios universitarios tienden a tener una edad biológica más favorable, lo que se atribuye tanto a las ventajas económicas heredadas como a cambios epigenéticos.

La edad biológica, a diferencia de la edad cronológica, refleja el estado real de salud del cuerpo y no siempre coincide con los años transcurridos.

Según Agus Surachman, coautor del estudio, se culpa mucho a la gente por su mala salud.La realidad es que la salud es mucho más compleja que eso.

Algunos factores simplemente están fuera de nuestro control, como la genética y la epigenética hereditaria con la que nacemos.

El estudio analizó la metilación del ADN en 624 mujeres de mediana edad y 241 de sus hijos, entre 2 y 17 años.

La metilación, que implica la adición de grupos metilo a regiones específicas del ADN, puede influir en la expresión génica a lo largo de generaciones.

Los resultados mostraron que los niños con abuelos universitarios presentaban un envejecimiento biológico más lento, aunque estas diferencias se acentuarían a medida que crecen.

La epigenética, campo que estudia cómo los factores ambientales modifican la expresión de los genes sin alterar la secuencia del ADN, juega un papel clave en este fenómeno.

Los estudios universitarios de nuestros abuelos pueden influir positivamente en nuestra salud biológica al transmitir cambios epigenéticos beneficiosos a las generaciones siguientes.

Este hallazgo tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión del envejecimiento y la salud a lo largo del ciclo vital.

Resalta la influencia del entorno familiar, no solo económico, sino también educativo, en el bienestar de futuras generaciones.