Un enigmático mural adorna actualmente las columnas del puente Vélez Sarsfield, un monumento histórico que se alza sobre el terreno donde antaño serpenteaba el río Arias, principal curso fluvial de la ciudad de Salta.

La obra pictórica, con sus ondulaciones sinuosas, evoca la memoria del antiguo cauce y la vitalidad que este representaba para la región.

La pintura busca capturar la esencia del río Arias, su presencia imponente en la vida de Salta a lo largo de la historia, afirma el artista responsable del mural, quien prefirió mantener su identidad anónima.

Las ondulaciones buscan reflejar el movimiento constante del agua y simbolizar la conexión entre el pasado y el presente de la ciudad.

La construcción del puente Vélez Sarsfield, finalizada en 1874, marcó un hito en la historia salteña al facilitar el comercio y la entrada de productos provenientes del Valle del Lerma.

El río Arias, que antes desembocaba en el área donde hoy se ubica el puente, fue gradualmente sepultado bajo asfalto y urbanización.

Este fenómeno ilustra la profunda transformación que ha experimentado Salta a lo largo del tiempo.

La desaparición del río Arias es un ejemplo de cómo el progreso material puede ir acompañado de una pérdida significativa de patrimonio natural, reflexiona un historiador local.

El mural en el puente Vélez Sarsfield nos invita a reflexionar sobre esta dicotomía y a valorar la memoria histórica que se desvanece.

Implicaciones Emocionales

La obra pictórica no solo representa un homenaje al río Arias, sino también un recordatorio de la conexión profunda entre los seres humanos y su entorno natural.

La pérdida del curso fluvial evoca en muchos salteños una sensación de nostalgia y melancolía por un pasado que ya no existe.

El mural se convierte así en un espacio de introspección, donde la comunidad puede conectar con sus raíces y reflexionar sobre el impacto del desarrollo urbano en el patrimonio cultural e histórico de la ciudad.