El sueño, considerado fundamental para el bienestar humano, está siendo cada vez más relegado a un segundo plano en la sociedad actual.
Un factor que contribuye al problema es la constante exposición a noticias negativas, una realidad que puede generar ansiedad y afectar directamente la calidad del descanso.
No podemos mantener nuestras neuronas trabajando continuamente sin parar, explica el doctor Chivato.
Eso hace que durmamos mal porque tenemos ansiedad.Si dormimos mal por las noches, nos vamos a levantar cansados, con dificultad para concentrarnos, y eso no es bueno en absoluto, ni para la actividad laboral, ni para el propio organismo.
El especialista recomienda alejarse de los medios informativos antes de dormir y optar por actividades relajantes como leer un buen libro.
Asimismo, advierte sobre el uso indiscriminado de medicamentos para conciliar el sueño: No debemos abusar de fármacos para dormir y evitar las benzodiacepinas.
Una cosa es necesitar una benzodiacepina para un periodo muy concreto de un mes, cuando ha habido, por ejemplo, un fallecimiento de un familiar o un disgusto o una situación incómoda personal.
Y otra cosa es estar meses, meses o años, años tomándolo, porque luego ese sueño no se prolonga en el número de horas suficientes.
La recomendación general es dormir al menos siete horas cada noche, aunque ocho serían las ideales.
El doctor Chivato propone la regla de los tres ochos: Ocho horas para trabajar o estudiar, ocho horas para disfrutar un poco de la vida y ocho horas para descansar por la noche.
El problema reside en que la falta de descanso se ha convertido en una epidemia silenciosa con graves consecuencias para la salud.