Fumar representa una grave amenaza para la salud pública, y dejar este hábito es un desafío complejo que requiere un enfoque integral.
La adicción al tabaco no solo afecta física mente, sino también psicológicamente y socialmente, lo que dificulta el proceso de abandono.
Es fundamental comprender que dejar de fumar no es simplemente una cuestión de voluntad, explica Meritxell Martí Castanyer, licenciada en Farmacia y experta en salud.
Se necesitan estrategias personalizadas que aborden las diferentes dimensiones de la dependencia.
Entre los métodos para combatir la adicción al tabaco se encuentran:
Hipnosis: Esta técnica, aunque controvertida, puede ser eficaz para algunos fumadores al ayudarlos a modificar sus patrones de pensamiento y comportamiento asociados con el consumo de tabaco.
Terapia psicológica:
La terapia individual o grupal puede proveer herramientas para manejar la ansiedad y los deseos de fumar, así como estrategias para evitar situaciones que desencadenen el hábito.
Técnicas como el desvanecimiento gradual (disminuir paulatinamente la cantidad de cigarrillos) o el control de estímulos (identificar y eliminar los desencadenantes del deseo de fumar), pueden ser útiles para controlar la adicción.
Acupuntura: Esta práctica tradicional china, a menudo utilizada en conjunto con otras terapias, busca aliviar la ansiedad y reducir los síntomas de abstinencia al estimular ciertos puntos energéticos del cuerpo.
Alternativas Farmacológicas: Existen diferentes opciones farmacológicas para ayudar a dejar de fumar:
Parches de nicotina: Estos parches liberan nicotina gradualmente a través de la piel, reduciendo así los síntomas de abstinencia.
Caramelos, chicles y sprays de nicotina: Proporcionan una dosis rápida de nicotina para controlar las ganas de fumar.
Fármacos genéricos como Todacitan y Recigarum: Estos medicamentos contienen citisina, un principio activo de origen vegetal con efectos similares a la nicotina, que ayudan a reducir gradualmente la dependencia sin producir síntomas de abstinencia.
Vareniclina: Un fármaco disponible en formato genérico, que bloquea los efectos placenteros de la nicotina y reduce los deseos de fumar.
Bupropión: Este medicamento se usa para tratar la depresión y también es efectivo para dejar de fumar al reducir el deseo de nicotina y aliviar los síntomas de abstinencia.
Complementos Nutricionales:
5-HTP: Este suplemento puede ayudar a reducir la ansiedad, que a menudo juega un papel importante en el impulso de fumar.
Triptófano: Este aminoácido precursor de la serotonina también puede ser útil para controlar los antojos de nicotina.
Magnesio: El magnesio puede ayudar a reducir el estrés y la tensión, factores que pueden desencadenar el deseo de fumar.
Otros Métodos:
Cigarrillo electrónico (VAP): Aunque no se recomienda su uso como método principal para dejar de fumar, los VAP sin nicotina pueden ayudar a algunos fumadores al proporcionar una alternativa placentera y sensorial.
Caramelos y golosinas de regaliz o menta: Estos pueden ser útiles para distraer el deseo de fumar y aliviar la ansiedad.
Dejar de fumar es un proceso desafiante, pero con las estrategias adecuadas, es posible lograr este objetivo y mejorar significativamente la salud.