Un nuevo estudio publicado en The Lancet Global Health revela datos alarmantes sobre las carencias nutricionales que afectan a una quinta parte de la población mundial.
Según el informe, más de 5 mil millones de personas no consumen cantidades suficientes de nutrientes esenciales como yodo, vitamina E, calcio, hierro, riboflavina, folato y vitamina C, lo que pone en peligro su salud.
Estos resultados son alarmantes, ya que reflejan un serio problema nutricional a nivel global, afirma Ty Beal, técnico especialista de la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición.
Independientemente del ingreso económico, todos los países enfrentan este desafío.
España no es ajena a esta problemática.
Si bien la dieta española se considera generalmente equilibrada gracias a la tradición mediterránea, el estudio destaca carencias específicas en nutrientes como vitaminas del grupo B y E. Esta situación podría deberse, entre otras razones, al progresivo alejamiento de los hábitos alimenticios tradicionales.
Aunque los datos más recientes del Ministerio de Consumo muestran un menor consumo de platos a base de verduras, la dieta española sigue siendo relativamente equilibrada, indica una portavoz del Ministerio.
No podemos ignorar las carencias en nutrientes cruciales como las vitaminas B y E.
El estudio resalta la importancia de consultar con profesionales de la salud o nutricionistas ante sospechas de déficit nutricional.
En ocasiones, las deficiencias pueden deberse a problemas subyacentes que impiden la absorción adecuada de nutrientes, advierte Chris Free, profesor investigador de la Universidad de California Santa Bárbara.
Es crucial identificar la causa raíz para ofrecer soluciones personalizadas.
El estudio destaca la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia del consumo adecuado de ciertos nutrientes.
Por ejemplo, en el caso del yodo, se pueden implementar políticas públicas que fomenten el uso de sal fortificada para prevenir problemas como el hipotiroidismo.
Cuidar la salud mediante una dieta equilibrada minimiza el riesgo de enfermedades, especialmente en las etapas iniciales del desarrollo y en la vejez, concluye Free.
El estudio proporciona datos detallados sobre los niveles de consumo de cada nutriente en 185 países, permitiendo identificar patrones y áreas que requieren intervención.
El acceso a esta información puede ayudar a gobiernos y organizaciones internacionales a desarrollar estrategias para mejorar la salud nutricional global.