La acelga, una verdura de hoja verde reconocida por su alto valor nutricional, está siendo objeto de debate debido a su alto contenido de nitratos.

Si bien es fuente importante de fibra soluble, vitaminas y minerales como yodo, hierro, magnesio, potasio, folatos, vitamina C y A, la presencia de estos compuestos plantea una preocupación particular en el caso de bebés y niños pequeños.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), basándose en las conclusiones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre nitratos en hortalizas y las recomendaciones de los pediatras españoles, sugiere reducir la exposición a estos compuestos en poblaciones vulnerables.

Los nitratos son precursores naturales de nitritos, que pueden transformarse en el cuerpo humano por procesos fisiológicos.

Los nitritos compiten con el oxígeno para unirse a la hemoglobina, lo cual puede provocar metahemoglobinemia, un trastorno caracterizado por una tonalidad azul en la piel del bebé debido a la falta de oxígeno que llega a los tejidos.

Este síndrome, conocido como Síndrome del bebé azul, puede ser grave y generar alteraciones del estado mental, coma e incluso convulsiones generalizadas.

Alimentos como las acelgas y las espinacas no deben introducirse en la dieta del lactante hasta después del noveno mes, advierte la Dra.

Victoria Castel Sánchez, especialista de la Asociación Española de Pediatría, quien destaca que la conservación deficiente o prolongada de verduras cocidas también puede aumentar el riesgo de metahemoglobinemia.

La controversia sobre el consumo de acelgas en bebés refleja el complejo equilibrio entre los beneficios nutricionales y los posibles riesgos para la salud.

Se espera que las investigaciones futuras aclaran aún más el impacto de los nitratos en la salud infantil y permitan establecer pautas de consumo seguras.