Un panorama preocupante se extiende por Argentina, con una extensa región bajo alerta extrema por incendios forestales.

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) activó la máxima categoría de alerta para diversas provincias debido a las condiciones climáticas desfavorables que propician la rápida propagación del fuego.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirma que casi todo el territorio nacional se encuentra en alerta, con niveles de riesgo extremo en zonas como Salta, Tucumán, Santiago del Estero y Chaco.

Las provincias afectadas por esta emergencia incluyen también Formosa, Córdoba, La Rioja, Santa Fe, San Luis, Mendoza, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Entre Ríos, entre otras.

Las altas temperaturas, la baja humedad relativa y los vientos fuertes generan un cóctel explosivo que aumenta drásticamente el riesgo de incendios forestales, explica María López, meteoróloga del SMN. Estas condiciones, combinadas con la sequía prolongada, hacen que la vegetación sea altamente susceptible a las llamas.

El norte argentino se encuentra en una situación particularmente crítica, con Salta como epicentro de la emergencia.

La región de los Valles Calchaquíes, junto al norte, este y centro de la provincia, están bajo riesgo extremo, alerta el SNMF, destacando que la zona de la Puna se encuentra en alerta muy alto, también conocida como naranja.

Las autoridades provinciales han intensificado los operativos de prevención y combate a incendios, desplegando equipos de bomberos y realizando tareas de control del fuego.

Se recomienda a la población evitar realizar actividades que puedan generar chispas o llamas, como encender fogatas o quemar basura, y estar atentos a las actualizaciones del SNMF y las autoridades locales.

Es fundamental tomar medidas preventivas para proteger nuestras comunidades y el medio ambiente, destaca Juan Pérez, director del SNMF. La colaboración ciudadana es crucial para evitar que los incendios se propaguen y causen daños irreparables.

El impacto emocional de esta situación es palpable en las comunidades afectadas, quienes viven con temor ante la posibilidad de perder sus hogares y medios de vida.