Estas conclusiones, publicadas en la revista Antioxidants y presentadas durante la reunión anual de la Asociación Americana de Anatomía, arrojan luz sobre una posible estrategia para mantener la salud cerebral a lo largo del tiempo.
El estudio, llevado a cabo con ratas, demostró que la suplementación con menaquinona-7 (MK-7), una forma activa de vitamina K2, produjo un efecto positivo en la protección del cerebro contra los cambios relacionados con la edad.
La investigación destaca el impacto de la MK-7 en vías biológicas claves para la inflamación y la actividad antioxidante, dos factores cruciales en la preservación de la función cognitiva.
Los resultados fueron contundentes: los ratones que recibieron la suplementación con MK-7 mostraron una mejora significativa en su rendimiento cognitivo, reducción de síntomas de depresión y ansiedad, así como un aumento notable en la memoria espacial y capacidad de aprendizaje.
Este estudio abre nuevas perspectivas para el desarrollo de estrategias preventivas contra el deterioro cognitivo, afirma el Dr. , neurocientífico especializado en envejecimiento cerebral.
La vitamina K2 parece jugar un papel crucial en la protección del cerebro, y futuras investigaciones podrían explorar su potencial terapéutico en humanos.
Para aquellos interesados en aumentar su ingesta de esta vitamina esencial, existen diversas fuentes alimenticias que pueden ser incorporadas a la dieta: vegetales de hojas verdes (espinacas, kale, acelga), aceites vegetales (soja, canola, oliva), hierbas frescas (perejil, cilantro), pechuga de pollo, carne de res, quesos fermentados (Gouda, Edam), huevos y mantequilla.
La incorporación de estos alimentos a la dieta puede contribuir a un estilo de vida saludable y a la protección del cerebro en el largo plazo, ofreciendo una alternativa natural para combatir el envejecimiento cognitivo.