La religión ha sido un factor determinante en la construcción de culturas y sociedades a lo largo de la historia.

Actualmente, la diversidad religiosa se erige como una característica distintiva del mundo. Un reciente estudio realizado por el Pew Research Center, que analizó las creencias religiosas en 102 países entre 2008 y 2023, arrojó datos reveladores sobre el panorama religioso global.

De acuerdo con este análisis, los lugares más religiosos se concentran principalmente en África subsahariana, América Latina y la región de Oriente Medio y África del Norte.

En contraste, Europa y el este de Asia presentan niveles de religiosidad notablemente inferiores.

Entre los diez países con mayor índice de religiosidad, destacan Indonesia, Senegal, Pakistán, Mali, Tanzania y Sri Lanka, ubicados principalmente en Asia y África.

Honduras se posiciona como la nación latinoamericana más religiosa dentro del ranking.

El estudio revela que los habitantes africanos expresan con mayor frecuencia la importancia fundamental de la religión en sus vidas.

En países como Senegal, Malí, Tanzania, Guinea Bissau, Ruanda y Zambia, el 90% de los adultos definen a la religión como un pilar esencial.

En Europa, por otro lado, se observa una tendencia opuesta, con cifras significativamente bajas en naciones como Estonia, República Checa, Dinamarca, Suiza, Reino Unido, Suecia, Letonia y Finlandia.

En estos países, menos del 10% de los adultos considera que la religión es altamente relevante en sus vidas.

Argentina, a diferencia de otros países latinoamericanos, se destaca por presentar niveles bajos de religiosidad, junto con Chile y Uruguay.

Un estudio del CONICET, realizado entre 2008 y 2019, indicó que el catolicismo, aunque sigue siendo la confesión mayoritaria en Argentina, ha perdido terreno frente a un creciente pluralismo religioso.

El 62.9% de la población se identifica como católica, mientras que el 18.9% se declara sin afiliación religiosa y el 15.3% se define como evangélico.

Estas cifras reflejan una transformación significativa en la composición religiosa de América Latina.

La disminución del peso del catolicismo tradicional abre espacio para nuevas expresiones religiosas y una creciente secularización en algunos sectores de la sociedad.