Una tragedia ha oscurecido el ambicioso proyecto de recreación histórica vikinga que culminó con un fatídico naufragio frente a la costa noruega.

Karla Dana, una arqueóloga estadounidense de 29 años, perdió la vida durante el incidente, mientras que cinco supervivientes fueron rescatados tras horas de intensa búsqueda en medio de condiciones climáticas adversas.

El barco, una réplica fiel de una embarcación vikinga tradicional sin motor y propulsada únicamente por velas y remos, se desprendió de su ruta desde las Islas Feroe con destino a Alesund, Noruega, llevando a bordo aventureros provenientes de diversas nacionalidades.

Su objetivo era recrear la épica travesía que los guerreros vikingos emprendían hace más de mil años.

El drama comenzó el martes por la noche, cuando el barco emitió un primer llamado de auxilio que resultó ser falso.

Una hora después, un nuevo mensaje alertó sobre la gravedad del problema: el barco se estaba hundiendo a unos 100 kilómetros de la costa noruega.

Helicópteros, embarcaciones de rescate y civiles se unieron en una operación urgente para salvar a los pasajeros.

Tras horas de búsqueda incansable, cinco personas fueron rescatadas gracias al auxilio aéreo, pero Karla Dana fue encontrada sin vida entre los restos del barco durante la madrugada del miércoles.

El fallecimiento de esta joven arqueóloga es una pérdida irreparable para la comunidad científica, lamentó un experto en historia vikinga que pidió mantenerse en anonimato.

Su pasión por el estudio de estas culturas ancestrales era contagiosa y su trabajo contribuía a enriquecer nuestra comprensión del pasado.

Este trágico incidente ha generado debate sobre los riesgos inherentes a este tipo de recreaciones históricas, especialmente cuando se trata de navegar en condiciones climáticas difíciles a bordo de embarcaciones rudimentarias.

La tragedia también recuerda la fragilidad de la vida y el poder implacable de las fuerzas naturales.