Una profunda tristeza envuelve el mundo arqueológico tras la confirmación del derrumbe de una de las pirámides más importantes del Reino de Michoacán, ubicada en la Zona Arqueológica de Ihuatzio.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) notificó este lamentable suceso, calificándolo como una pérdida significativa para la historia de México.
Construida hace más de mil cien años por los antepasados del actual pueblo purépecha, esta pirámide era considerada un testimonio invaluable de una cultura que floreció en Mesoamérica, desafiando incluso al poderoso imperio azteca y a la colonización española.
La pirámide Purhépecha era un documento clave para comprender su historia, ya que no dejaron registro escrito, explica un experto del INAH quien prefiere mantener el anonimato.
Su destrucción representa una pérdida irreparable de conocimiento sobre sus tradiciones, creencias y prácticas.
Se cree que la estructura, utilizada como lugar de culto y rituales sacrificiales dedicados al dios Curicaueri, era un centro ceremonial crucial para la comunidad purépecha.
Las causas del derrumbe se atribuyen al deterioro acelerado provocado por el cambio climático.Las fuertes lluvias, filtraciones por grietas originadas por altas temperaturas y sequías prolongadas debilitan la estructura hasta el punto de colapsar.
El cambio climático está impactando las estructuras antiguas en todo el mundo, comenta un arqueólogo especialista en culturas mesoamericanas.
Es una emergencia que nos exige actuar con urgencia para proteger nuestro patrimonio cultural.
El derrumbe de esta pirámide no solo representa la pérdida física de un monumento histórico, sino también la desaparición de parte de la memoria colectiva de México.
Es un recordatorio urgente de la necesidad de acciones concretas para mitigar el cambio climático y proteger nuestro legado cultural.