El regreso a las aulas y la reanudación de las actividades cotidianas tras un periodo vacacional suelen coincidir con un cambio en nuestros hábitos alimenticios.
Si bien es común que durante las vacaciones se abandone la disciplina alimentaria, los expertos advierten sobre la necesidad de retomar una dieta equilibrada para mantener el bienestar físico y mental.
Uno de los principales obstáculos para seguir una alimentación saludable es la improvisación, afirma Laura Carballal, nutricionista de Ribera PolusaClínicas Santo Domingo.
Los pediatras del Hospital Universitario de Torrejón coinciden en esta perspectiva, recalcando la importancia de retomar la rutina alimentaria habitual y consumir alimentos variados en cantidades adecuadas.
La distribución de las comidas a lo largo del día es crucial para asegurar una ingesta equilibrada.
Alba García, pediatra del mismo hospital, recomienda dividir las comidas en cuatro o cinco ingestas, con especial atención a la calidad y cantidad de los alimentos intermedios.
No se debe concentrar el consumo de alimentos en una o dos ingestas, sino distribuirlos equitativamente entre todas las comidas, explica.
Para facilitar esta planificación, Carballal recomienda elaborar una lista de la compra considerando la frecuencia de consumo de pescado, legumbres y verduras durante la semana.
Esta práctica también optimiza los recursos y facilita la adquisición de productos frescos en mercados o establecimientos especializados.
Laura Carballal propone seguir las pautas de la dieta mediterránea, destacando la importancia del consumo de frutas, verduras, legumbres y proteínas magras.
Para una planificación más sencilla, el plato de Harvard se presenta como una herramienta visual que permite visualizar las proporciones adecuadas de cada grupo alimenticio.
El objetivo principal es lograr un equilibrio nutricional que favorezca la salud física y mental, contribuyendo al rendimiento académico y laboral.
Planificar las comidas no solo facilita la elección de opciones saludables, sino que también reduce el estrés asociado a la incertidumbre alimentaria diaria.