El sueño es un componente esencial para el bienestar físico y mental, un proceso durante el cual nuestro cuerpo y cerebro se restauran y preparan para las nuevas demandas diarias.

Millones de personas experimentan dificultades para conciliar o mantener el sueño, dando lugar a una serie de problemas de salud que van más allá del simple cansancio.

Diversos estudios e investigaciones demuestran la conexión entre los trastornos del sueño y un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia.

Cualquier alteración en la calidad del sueño puede estar asociada a estas patologías, afirma el doctor , especialista en Neurología del Hospital Universitario de Torrejón.

Entre los trastornos del sueño más comunes se encuentran el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y los problemas de ritmo circadiano.

Estas afecciones pueden surgir por una amplia gama de factores, incluyendo el estrés, la ansiedad, las condiciones médicas subyacentes o incluso hábitos alimenticios inadecuados.

La falta de sueño tiene un impacto profundo en nuestra salud, afectando tanto a nivel físico como mental.

A corto plazo, puede manifestarse en dificultades para concentrarse, cambios de humor y disminución del rendimiento laboral o académico.

A largo plazo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad.

Compromete el sistema inmunológico, haciendo al individuo más susceptible a infecciones.
En el ámbito neurodegenerativo, la hipótesis que relaciona los problemas de sueño con el Alzheimer está ganando terreno.

La doctora , especialista en Neurología del Hospital Universitario de Torrejón, explica que durante el sueño profundo se elimina betaamiloide, una proteína acumulada en el cerebro de las personas con Alzheimer.

La mala calidad del sueño dificulta este proceso de limpieza, advierte la especialista.

Asimismo, la falta de descanso afecta negativamente al estado de ánimo y la salud mental.

Se produce un aumento en la impulsividad, dificultades para procesar emociones y una percepción distorsionada de la realidad.

La doctora resalta que la falta de sueño puede triplicar el riesgo de accidentes debido a la alteración de la coordinación motora.

Afortunadamente, muchos de estos problemas pueden revertirse con estrategias adecuadas para mejorar la higiene del sueño y los hábitos de vida.

Consultar con un especialista en sueño o una unidad especializada es fundamental para identificar la causa subyacente de las dificultades y recibir tratamiento personalizado.

Es importante prestar atención a las señales que nuestro cuerpo nos envía, aconseja la doctora .

Si tienes dificultades para conciliar el sueño, te despiertas frecuentemente durante la noche o sientes cansancio excesivo durante el día, es posible que tengas un problema de sueño.

Para mejorar la calidad del sueño se recomienda establecer una rutina regular, crear un ambiente propicio para dormir (oscuro, fresco y silencioso), limitar el consumo de cafeína y nicotina antes de acostarse, practicar ejercicio regularmente (evitando hacerlo justo antes de dormir) y controlar las siestas.

Aprender a dormir bien es una inversión en nuestra salud física y mental.El sueño reparador es fundamental para nuestro bienestar general.