La situación de derechos humanos en Venezuela se ha deteriorado aún más con un aumento alarmante en la cantidad de presos políticos.
El Foro Penal, organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos fundamentales, ha confirmado la detención de 1.674 personas por motivos políticos, una cifra sin precedentes que supera ampliamente el registro anterior al proceso electoral del pasado 28 de julio.
Esta escalada represiva es inaceptable y refleja un patrón preocupante de persecución política, declaró un miembro del Foro Penal, quien pidió mantener la confidencialidad de su nombre por temor a represalias.
Las autoridades venezolanas están utilizando las protestas contra el fraude electoral como pretexto para silenciar cualquier disidencia.
El aumento en el número de presos políticos coincide con una ola de represión que ha azotado al país desde las controvertidas elecciones presidenciales.
Las denuncias sobre violencia policial, arbitrarias detenciones y torturas se han multiplicado en los últimos meses.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han expresado su profunda preocupación por la situación.
El régimen de Nicolás Maduro está utilizando la fuerza para aterrorizar a su pueblo, manifestó un experto en derechos humanos latinoamericano, quien pidió no ser identificado para proteger su seguridad.
Esta represión sistemática busca crear un clima de miedo y evitar que los venezolanos ejerzan sus derechos fundamentales.
La escalada de violencia y la persecución política han generado una crisis humanitaria en Venezuela, con millones de personas desplazadas del país en busca de refugio y seguridad.
La comunidad internacional ha condenado las acciones del gobierno venezolano y ha llamado a liberar a los presos políticos.