El Día Mundial de Internet se avecina, un recordatorio oportuno sobre el impacto abrumador que las nuevas tecnologías ejercen sobre nuestras vidas, especialmente en la infancia y adolescencia.

Si bien la inteligencia artificial (IA) promete avances en diversos campos, su rápida proliferación plantea preocupaciones éticas y psicológicas, especialmente en el contexto del uso irresponsable de internet y las redes sociales.

Expertos como Mercedes Maruenda, psicóloga infantojuvenil de Practiser, filial sanitaria del grupo Ribera en Cartagena, señalan que la IA puede afectar negativamente al desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

Esta tecnología nos facilita el camino, casi guionizándolo, lo que puede limitar la imaginación, la creatividad y fomentar una dependencia excesiva por la cantidad de estímulos que ofrece, explica Maruenda.

La hiperconexión, consecuencia del acceso constante a dispositivos móviles y plataformas online, es un fenómeno cada vez más preocupante.

El equipo de psicólogas del hospital Ribera Polusa en Lugo destaca que la manipulación en internet y las redes sociales es especialmente peligrosa durante la infancia y adolescencia, etapas cruciales para el desarrollo neuronal.

La flexibilidad del cerebro joven los hace más vulnerables a influencias externas como imágenes, videos y audios manipulados por IA, generando confusión y afectando su bienestar emocional, afirman las especialistas.

Señales de alarma y estrategias preventivas

Los expertos advierten sobre las señales que pueden indicar un uso inadecuado de dispositivos digitales:

Deseo intenso de conectarse a dispositivos o redes sociales con malestar general si no lo hace.

Necesidad creciente de aumentar progresivamente el tiempo dedicado a los dispositivos. Abandonamiento de actividades placenteras previamente disfrutadas.

Aislamiento social y negación del tiempo real compartido con otros.
Cambios bruscos en el humor o carácter, mayor irritabilidad y ansiedad al no estar conectado.

Cansancio y fatiga crónica por la falta de descanso nocturno.
Para mitigar estos riesgos, se recomienda establecer límites claros: planificar el uso de dispositivos móviles en casa, limitar su acceso a horas específicas y fomentar espacios libres de tecnología.

Es fundamental promover hábitos saludables como la actividad física, los juegos lúdicos y las interacciones sociales.

Los padres también deben actuar como modelos a seguir, utilizando los dispositivos con moderación y dedicando tiempo de calidad a sus hijos.

La educación digital y emocional son pilares fundamentales para proteger a los niños en el mundo digital.

Debemos enseñarles a utilizar la tecnología de forma segura y responsable, fomentando un espíritu crítico ante la información que encuentran online, concluye Maruenda.