El reconocido astrofísico Stephen Hawking, fallecido en 2018 a causa de la enfermedad Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), no solo dejó un legado trascendental en la ciencia con sus investigaciones sobre los agujeros negros y el universo, sino también inquietantes predicciones sobre el futuro de la humanidad.

En diversas entrevistas y publicaciones, Hawking advirtió sobre los peligros que acechan a la civilización humana, especialmente derivadas del crecimiento descontrolado de la población y el consumo energético insostenible.

En la Cumbre WE de Tencent en China, el científico expuso su sombría visión: Para el año 2600, la Tierra se habrá transformado en un planeta similar a Venus, con temperaturas extremas debido al agotamiento de los recursos naturales y la sobreexplotación energética.

Hawking sostenía que la población mundial se duplica cada cuarenta años, lo que implica un crecimiento exponencial sin precedentes.

Si este ritmo continúa, advirtió, la Tierra no podrá soportar la demanda energética y la acumulación de gases de efecto invernadero, convirtiéndola en un infierno inhóspito.

El científico calculó que la humanidad tendría aproximadamente 600 años para revertir este rumbo catastrófico.

La extinción del planeta es una posibilidad real si no tomamos medidas urgentes para frenar el consumo energético y controlar el crecimiento poblacional, enfatizó Hawking en sus últimas declaraciones.

Su pronóstico, aunque alarmista, ha sido respaldado por numerosos expertos que coinciden en la necesidad de adoptar medidas drásticas para asegurar la supervivencia del planeta.

La comunidad científica urge a las naciones a invertir en energías renovables, promover la eficiencia energética y implementar políticas de desarrollo sostenible para evitar el escenario catastrófico descrito por Hawking.