El poder curativo de la música ha sido reconocido durante siglos, pero solo recientemente se han realizado estudios científicos que demuestran su impacto tangible en nuestra salud física y mental.
En un mundo cada vez más acelerado, donde el estrés y la ansiedad son una realidad para muchos, la música emerge como una poderosa herramienta para promover el bienestar.
Nuestros cerebros están estructural y funcionalmente programados para responder a estímulos rítmicos, armónicos y melódicos, explica el doctor Alex García, jefe de Neurología del Hospital de Denia.
La musicoterapia, la aplicación clínica de la música con fines terapéuticos, ha demostrado tener efectos beneficiosos en una amplia gama de condiciones, desde trastornos de personalidad hasta enfermedades neurológicas.
Se ha comprobado que produce cambios estructurales y fisiológicos en el cerebro, impulsando la neuroplasticidad y reestructuración de circuitos neuronales, añade el doctor García.
Christelle García, psicóloga del Hospital Universitario del Vinalopó, destaca el uso efectivo de la música como terapia alternativa para tratar la depresión, el autismo, la esquizofrenia, la demencia y problemas relacionados con la ansiedad, insomnio y abuso de sustancias.
Un ejemplo palpable del impacto de la música en pacientes hospitalizados se encuentra en el Hospital Universitario de Torrejón, donde se realizan sesiones de musicoterapia personalizadas a pacientes ingresados en la UCI. Los resultados han sido muy positivos, afirma García.
Entre los principales beneficios que aporta la música a nuestra salud encontramos:
Reducción del estrés y ansiedad: La música tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso, disminuyendo la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Mejora de la motricidad: La música puede estimular los movimientos corporales, mejorando la coordinación y la función muscular.
Activación de la memoria y la atención: La melodía y el ritmo pueden ayudar a mejorar la concentración y la capacidad de recordar información.
Promoción de la creatividad: La música despierta la imaginación y facilita la expresión creativa.
Mejorar la comunicación emocional: La música puede ayudar a expresar sentimientos que son difíciles de verbalizar, promoviendo la conexión emocional.
El proyecto Ritmos de Vida impulsado por el grupo sanitario Ribera es un ejemplo de cómo se integra la música en el cuidado del paciente.
A través de diversas acciones, buscan humanizar la experiencia hospitalaria y ofrecer herramientas terapéuticas que mejoren la calidad de vida de quienes requieren atención médica.