La derogación de la Ley de Alquileres ha generado un cambio significativo en el panorama inmobiliario, con una notable expansión en la oferta de propiedades disponibles.

La necesidad de garantías para acceder a un inmueble sigue siendo un obstáculo para muchos potenciales inquilinos.

Tradicionalmente, las inmobiliarias han exigido garantías propietarias como requisito indispensable para firmar un contrato.

En ausencia de estas, solicitan tres recibos de sueldo como respaldo en caso de impago. Ante esta situación, las garantías privadas se han posicionado como una alternativa atractiva para quienes no cuentan con la posibilidad de aportar una garantía propietaria o prefieren evitar solicitarla a terceros.

Las garantías privadas funcionan como un seguro que cubre al propietario frente al incumplimiento del contrato por parte del inquilino, incluyendo el pago de alquileres, servicios y expensas.

Esta modalidad ofrece al inquilino la posibilidad de firmar un contrato con condiciones propias, mientras que al propietario le garantiza un cobro constante del alquiler, independientemente de cualquier eventualidad.

El único requisito para acceder a una garantía privada es verificar los ingresos del inquilino y abonar los costos asociados al inicio del contrato.

El costo de la garantía privada se calcula en base a un porcentaje del total del contrato, generalmente el 6%.

Este pago se realiza de forma única y puede financiarse en hasta seis cuotas sin interés, según las condiciones del seguro.

Por ejemplo, si un contrato tiene una duración de dos años con un alquiler mensual de $400.000, el costo total sería de $9.600.000, por lo que la garantía privada representaría un desembolso de $576.000.

Para los propietarios, las garantías privadas ofrecen una tranquilidad adicional al asegurar el cobro del alquiler incluso en caso de incumplimiento por parte del inquilino.

El proceso de reclamación es rápido y eficiente, garantizando un cobro efectivo en pocos días.

Para los inquilinos, las ventajas residen en la eliminación de la necesidad de solicitar garantías propietarias a terceros o reunir documentos adicionales para acceder a una vivienda.

La implementación de las garantías privadas ha abierto nuevas posibilidades para quienes buscan alquilar un inmueble, facilitando el acceso a viviendas y brindando mayor flexibilidad al mercado inmobiliario.

Es fundamental que tanto inquilinos como propietarios se asesoren adecuadamente sobre las condiciones específicas de cada seguro para tomar decisiones informadas.