La incertidumbre se instala en el seno de la comunidad educativa de la escuela Sarmiento, luego de que un episodio de intoxicación afectara a cerca de 20 alumnos el pasado viernes durante las celebraciones del Día del Niño.

Si bien las autoridades educativas insisten en que las condiciones para el retorno a clases son óptimas, los padres mantienen una postura cautelosa, aún sin conocer los resultados definitivos de los análisis realizados por Bromatología sobre los alimentos consumidos por los menores.

La ministra de Educación, Cristina Fiore, aseguró durante un encuentro con algunos padres que la intoxicación no se debió al monóxido de carbono, aunque las respuestas proporcionadas no lograron aplacar las inquietudes de las familias.

Las explicaciones no fueron satisfactorias, expresó una madre durante el encuentro, quien añadió que todavía tenemos dudas sobre qué sucedió y cómo garantizar la seguridad de nuestros hijos.

Los primeros indicios apuntaban a una posible fuga de gas, pero tanto Bomberos como Gasnor descartaron esta hipótesis tras inspecciones exhaustivas del establecimiento.

Las declaraciones de los médicos que atendieron a los alumnos intoxicados alimentan aún más la incertidumbre.

Algunos profesionales señalaron que los síntomas presentados por los niños son compatibles con la inhalación de monóxido de carbono, generando una contradicción entre las conclusiones oficiales y las observaciones médicas.

Ante esta situación, el fiscal Ramiro Ramos Osorio dispuso diversas medidas investigativas, incluyendo el secuestro de alimentos para su análisis, la intervención del Cuerpo de Investigaciones Fiscales y la comunicación a la Secretaría de Control Municipal para que desplace personal del Sector de Bromatología.

La escuela Sarmiento permanece en un estado de tensión, mientras se espera la resolución definitiva de las investigaciones.

La salud mental y emocional de los alumnos afectados por este incidente también es una preocupación central, requiriendo atención psicológica y apoyo familiar para afrontar el trauma vivido.

El caso ha generado una profunda conmoción en la comunidad educativa y social, poniendo en evidencia la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en los centros educativos y garantizar una respuesta eficiente ante posibles emergencias.