El litio se ha convertido en un componente fundamental en la transición global hacia energías renovables, impulsando una intensa competencia internacional por su extracción y procesamiento.

En este escenario estratégico, los Estados Unidos han incrementado su interés en el norte argentino, que alberga algunas de las mayores reservas mundiales de este mineral esencial para la fabricación de baterías.

Si bien China domina actualmente el mercado del litio con una inversión cercana a los 3.400 millones de dólares en proyectos en Jujuy, Salta y Catamarca, Estados Unidos busca posicionarse como un actor clave en la cadena de suministro.

La semana pasada, la canciller argentina, Diana Mondino, recibió al subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medioambiente del Departamento de Estado estadounidense, José Fernández, para firmar un memorándum de entendimiento que busca fortalecer las inversiones y el comercio bilateral, con énfasis en el sector minero crítico, especialmente el litio.

Queremos apoyar a Argentina en el desarrollo de su capacidad técnica y asegurar que las inversiones mineras sean sostenibles y beneficiosas para ambos países, explicó Fernández.

El funcionario estadounidense subrayó la importancia estratégica del litio al afirmar: China controla dos terceras partes de los minerales críticos que se producen en el mundo.

Todos sabemos que nunca es bueno tener un solo vendedor.

A pesar de las tensiones geopolíticas, Estados Unidos no busca romper relaciones con China, sino establecer una competencia justa para garantizar una cadena de suministro diversificada y estable del litio.

Fernández recalcó la alta demanda de este mineral a futuro, independientemente de si Estados Unidos prioriza baterías producidas con minerales de origen norteamericano o países con tratados comerciales con esa nación.

Este acuerdo bilateral refleja el creciente interés global por el litio y su impacto en la economía y la geopolítica mundial.

La competencia entre las potencias mundiales por asegurar el acceso a este recurso estratégico se intensifica, mientras que los países productores como Argentina juegan un papel crucial en esta nueva era energética.