La balanza comercial entre Argentina y Bolivia ha experimentado una drástica inversión en los últimos meses.

Si bien tradicionalmente el flujo migratorio del comercio se dirigía hacia la Argentina, ahora es el país vecino el que atrae a argentinos en busca de productos a precios más accesibles.

Este fenómeno se explica por la disparidad económica que enfrenta la Argentina, marcada por una inflación descontrolada y una moneda con un valor decreciente.

Expertos señalan que la volatilidad del peso argentino frente al dólar y la falta de estabilidad económica hacen que los consumidores argentinos vean en Bolivia una opción más atractiva.

Las compras se concentran principalmente en ciudades fronterizas como Yacuiba, San José de Pocitos y Aguas Blancas, donde los comerciantes ofrecen productos a precios significativamente más bajos.

La diferencia es especialmente notable en artículos de mayor costo como electrodomésticos, zapatillas deportivas profesionales y computación, con descuentos que alcanzan hasta un 50% respecto al mercado argentino.

En Argentina no puedo comprarme una heladera nueva por el precio que me sale acá, y esta es una marca top, explica una joven que ha viajado a Bolivia para realizar compras de electrodomésticos.

Aquí además hay más variedad y modelos más modernos.
El fenómeno también se refleja en el sector calzado.

Zapatos deportivos de marcas reconocidas que en Argentina pueden superar los 300 mil pesos, se consiguen en Yacuiba por menos de 120 mil.

La atención al cliente también juega un papel importante en la atracción de compradores argentinos.

Los comercios bolivianos han adoptado estrategias innovadoras para fidelizar a sus clientes, como ofrecer descuentos especiales, facilitar el contacto telefónico para mantenerlos informados sobre novedades y promociones.

El cambio en el flujo comercial tiene un impacto significativo en las economías de ambos países.Si bien la Argentina enfrenta dificultades con su inflación y la devaluación de su moneda, Bolivia se beneficia del aumento en el consumo y la generación de ingresos.

Algunos analistas advierten sobre la posibilidad de que este cambio sea temporal y dependa principalmente de la situación económica argentina.

La estabilidad política y económica del país vecino podría influir directamente en el futuro del comercio bilateral.