La hipótesis de que procesos cuánticos podrían estar ocurriendo dentro del complejo y dinámico entorno del cerebro humano ha sido objeto de fascinación e investigación durante décadas.

Recientemente, científicos de la Universidad de Shanghái han propuesto una nueva teoría que sugiere que la mielina, una sustancia aislante que recubre los axones neuronales, podría ser la clave para comprender este enigma.

A través de modelos matemáticos sofisticados, estos investigadores sugieren que las estructuras lipídicas que componen la mielina podrían generar pares de fotones entrelazados cuánticamente.

Este fenómeno, conocido como entrelazamiento cuántico, es un proceso en el cual dos partículas se conectan de manera que sus estados están correlacionados, incluso cuando están separadas por grandes distancias.

Esta idea desafía las creencias convencionales sobre las condiciones necesarias para la manifestación de fenómenos cuánticos, explica , uno de los autores del estudio publicado en Physics Review E. Las altas temperaturas y el desorden característico del cerebro se consideran incompatibles con la coherencia cuántica, pero nuestros modelos sugieren que la estructura específica de la mielina podría crear un microambiente ideal para que estos procesos ocurran.

Si esta teoría fuera confirmada, tendría profundas implicaciones en nuestra comprensión de la conciencia, el pensamiento y el aprendizaje.

El entrelazamiento cuántico se ha relacionado con la sincronización neuronal, un proceso fundamental para el procesamiento de información y la formación de recuerdos.

De acuerdo con los investigadores, la mielina podría actuar como una especie de fuente de comunicación cuántica dentro del sistema nervioso, facilitando la transmisión eficiente de información a través de las redes neuronales.

Esta hipótesis aún necesita ser corroborada por evidencia experimental más contundente.

La comunidad científica se muestra cautelosa, pero reconoce el potencial revolucionario de este descubrimiento.

, un neurocientífico reconocido, comenta: Es una idea fascinante que abre nuevas ventanas a la complejidad del cerebro.

Si pudiéramos comprender cómo estos fenómenos cuánticos se integran con las funciones neuronales, podríamos dar un paso gigante hacia la solución de uno de los misterios más profundos de la naturaleza.