La civilización maya, reconocida por su avanzada cultura, logros tecnológicos y profundos conocimientos en áreas como la agricultura y la astronomía, llegó a su fin de forma gradual a partir del siglo IX. Aunque diversas teorías intentan explicar este declive, un nuevo estudio arroja luz sobre un factor determinante: el cambio climático.
Los mayas no desaparecieron de la noche a la mañana, sino que enfrentaron una serie de crisis ambientales y sociales que finalmente los llevaron a su colapso, explica , reconocido especialista en la civilización maya.
Las investigaciones sugieren que una prolongada sequía entre los siglos VIII y IX provocó un desequilibrio ecológico y social sin precedentes.
La ciudad de Mayapán, uno de los centros urbanos mayas más importantes, ofrece un claro ejemplo de este proceso.
Los arqueólogos han encontrado evidencias de tensiones sociales y violencia dentro de la ciudad durante períodos de escasez de agua y alimentos.
Los cambios climáticos provocaron una competencia por los recursos escasos, lo que llevó a conflictos entre grupos mayas, afirma , climatólogo especializado en periodos prehistóricos.
Esos conflictos internos debilitan la estructura social y política de un imperio, haciéndolo vulnerable ante otros factores.
Un estudio publicado en la revista analiza datos paleoclimáticos y evidencia arqueológica para reconstruir el panorama climático que enfrentó la civilización maya.
Los hallazgos revelan que las sequías fueron más frecuentes e intensas durante los siglos VIII al IX, coincidiendo con el declive demográfico y cultural observado en la región.
Las implicaciones de este descubrimiento son profundas.El estudio nos recuerda la fragilidad de las sociedades ante las fuerzas naturales y la importancia de tomar medidas para mitigar el cambio climático actual.
La historia de los mayas es una advertencia sobre las consecuencias a largo plazo del cambio climático, concluye .