Un proyecto de ley presentado por el senador provincial Javier Mónico ha encendido un intenso debate en Salta, proponiendo la restricción del uso de teléfonos celulares en instituciones educativas de niveles primario y secundario, tanto públicas como privadas.

El objetivo principal de esta iniciativa es minimizar las distracciones durante las clases y promover un entorno de aprendizaje más efectivo.

Mónico argumenta que los dispositivos móviles, si bien pueden ser útiles herramientas pedagógicas cuando se usan adecuadamente, con frecuencia se convierten en una fuente de interrupción para los estudiantes.

La idea es que los celulares no interfieran con los objetivos educativos que deben alcanzar los estudiantes, explicó el senador durante una entrevista con el programa televisivo salteño Qué Pasa al Mediodía.

El proyecto no busca una prohibición absoluta del uso de estos dispositivos.Los docentes tendrán la facultad de autorizar su empleo para fines pedagógicos cuando lo consideren oportuno.

Mónico destaca que la intención es integrar la tecnología en el proceso educativo, siempre y cuando se utilice de manera responsable y orientada a los objetivos académicos.

Esta propuesta ha generado una división en la comunidad educativa. Algunos sectores aplauden la medida como un medio para combatir la distracción digital y fomentar un ambiente más propicio para el aprendizaje.

En cambio, otros sostienen que la tecnología puede ser una herramienta valiosa para el proceso educativo y que su eliminación podría limitar el potencial pedagógico de los dispositivos móviles.

Es importante encontrar un equilibrio entre la necesidad de concentración en el aula y el uso responsable de la tecnología, afirma una docente del colegio público San Martín.

Los celulares pueden ser utilizados como herramientas de aprendizaje, pero es esencial que se implementen estrategias para evitar su uso indebido durante las clases.

La decisión final sobre el proyecto de ley recaerá en la Cámara de Senadores de Salta.Mientras tanto, el debate continúa entre quienes defienden la necesidad de una regulación estricta del uso de celulares en las aulas y aquellos que abogan por un enfoque más flexible que integre la tecnología como parte integral del proceso educativo.