El consumo interno continúa en una preocupante espiral descendente, reflejando la profunda crisis económica que atraviesa el país.
Los datos de la consultora Scentia revelan una caída interanual del 16,1% en julio, profundizando la tendencia observada durante los últimos meses.
Esta cifra se traduce en un retroceso acumulado del 9,6% en lo que va del año.
La situación es aún más crítica en las provincias del interior, donde la contracción del consumo alcanza el 21,4%.
En contraste, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) experimenta una menor disminución del 7,3%, aunque esto no mitiga el impacto general.
El derrumbe del consumo se extiende a diversos sectores.Los productos más afectados son las bebidas alcohólicas (-25,2%), los impulsivos (-25,5%), las bebidas sin alcohol (-23,7%) y los artículos de higiene y cosmética (-20,9%).
La caída también se observa en productos como la limpieza de ropa y hogar (-17,9%), el desayuno y merienda (-12,6%), la alimentación general (-9,6%) y los perecederos (-7,3%).
La industria también se encuentra en una profunda crisis, con una caída interanual del 19,5% en junio según datos de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Esta tendencia lleva trece meses consecutivos de disminución.La utilización de la capacidad instalada descendió al 54,5% en junio, un nivel preocupante que refleja la baja demanda y el exceso de capacidad productiva.
La actividad industrial ha encontrado un piso, pero esperamos indicadores irregulares por sectores, señala un empresario consultado por esta publicación.
Esta incertidumbre persiste a pesar de las leves mejoras observadas en julio, según datos preliminares.
Las consecuencias emocionales de esta crisis son profundas para millones de argentinos.El impacto del desempleo, la inflación y la caída del consumo genera angustia, desesperanza y preocupación por el futuro.
La situación actual requiere un abordaje integral por parte del gobierno, con medidas que promuevan el crecimiento económico, la generación de empleo y el aumento del poder adquisitivo de la población.
Solo así se podrá revertir esta tendencia negativa y construir un futuro más próspero para todos los argentinos.