La siesta, un sueño breve destinado a recuperar energía, se presenta como una práctica beneficiosa para la salud física y mental, especialmente durante la época invernal cuando la reducción de horas de luz solar aumenta la somnolencia.

El cuerpo necesita descansar a mediodía para afrontar las tareas de la tarde, explica Nohemí Rodríguez, jefa de Neurofisiología del Hospital Universitario del Vinalopó.

Expertos del grupo sanitario Ribera destacan diversos beneficios asociados a una siesta corta: mejora la digestión y el metabolismo al permitir que el organismo se relaje y concentre en la asimilación de los alimentos; aumenta la energía y mejora el rendimiento al revertir la fatiga post-comida; reduce el estrés y mejora el estado de ánimo al estimular la producción de endorfinas, hormonas asociadas a la felicidad; facilita un mejor desempeño laboral al agudizar el tiempo de reacción y la concentración; y mejora la memoria y el aprendizaje al consolidar memorias durante el sueño.

El patrón de sueño varía según la edad, apunta la doctora Rodríguez.Los recién nacidos duermen hasta 16 horas diarias, mientras que en la adolescencia se mantiene una cantidad similar hasta llegar a la vejez, donde nuevamente disminuye.

Para maximizar los beneficios de la siesta, los especialistas recomiendan limitar su duración a 15 o 20 minutos y realizarla entre las 13:00 y las 15:00 horas para evitar interferir con el sueño nocturno.

Se aconseja crear un ambiente propicio para el descanso: tranquilo, con luz tenue, temperatura fresca, ropa cómoda y pocas distracciones.

Dormir recostado de lado o boca arriba es la posición ideal.
La doctora Aranzazu García Peña, jefa del Servicio de Neurofisiología en el Hospital Ribera Povisa de Vigo, advierte que tanto las siestas excesivamente largas como la privación de sueño pueden conducir a una menor productividad y deteriorar la salud.

La falta de descanso puede generar depresión, dificultades de concentración, somnolencia diurna, cansancio constante, mayor riesgo de accidentes, irritabilidad, problemas de memoria y desorientación espacial.

En definitiva, el equilibrio en cuanto a las horas de sueño es fundamental para mantener una buena salud física y mental.