Un ataque con armas blancas ocurrido durante un festival en Solingen, Alemania, ha dejado tres personas fallecidas y ha reacendido las preocupaciones sobre la persistente amenaza del Estado Islámico (EI), a pesar de sus debilitamiento.

Las autoridades alemanas confirmaron que el sospechoso, un sirio de 26 años, se declaró responsable del ataque.

El gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, calificó rápidamente el incidente como un acto terrorista.

Posteriormente, el EI reivindicó la responsabilidad del ataque a través de un comunicado, demostrando que, aunque disminuido en poderío militar, sigue teniendo capacidad para inspirar y dirigir actos violentos.

Este evento ha generado una profunda conmoción en Alemania y más allá.El ataque en Solingen es un recordatorio brutal de que el terrorismo puede surgir incluso en los lugares más inesperados, declaró un experto en seguridad del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

Aunque el EI haya perdido territorio y efectivos, sigue siendo una amenaza global, utilizando tácticas como la propaganda y la radicalización para reclutar nuevos miembros y perpetuar su ideología.

El ataque también ha reabierto el debate sobre las estrategias para combatir el terrorismo.La comunidad internacional se enfrenta al desafío de desarticular las redes terroristas, prevenir la radicalización y promover una mayor resiliencia social.

Es crucial fortalecer la cooperación entre países para compartir información, coordinar esfuerzos y abordar las causas profundas del extremismo, afirmó un portavoz del gobierno alemán.

Este evento trágico subraya la complejidad del problema del terrorismo y la necesidad de un enfoque multidimensional para combatirlo.