Un nuevo informe del Observatorio de Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina revela un preocupante aumento en los niveles de pobreza e indigencia durante el primer trimestre del año.

Según el estudio, que se basa en microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el 54,9% de la población vive en situación de pobreza, mientras que el 20,3% enfrenta indigencia.

Estas cifras representan un incremento significativo respecto al cuarto trimestre de 2023, donde la pobreza se ubicaba en el 45,2% y la indigencia en el 14,6%.

Agustín Salvia, director del ODSA, destaca que casi la mitad del incremento interanual registrado en ambas tasas tuvo lugar antes de finalizar el año 2023.

Las regiones más afectadas por esta situación son Gran Resistencia, Chaco (con una tasa de pobreza del 79,5%), Formosa (72%) y Santiago del Estero -La Banda- (alcanzando casi el 30% de indigentes).

La mayoría de las zonas urbanas presentan niveles de pobreza superiores al 50% y de indigencia por encima del 15%.

Salvia subraya que más del 44% de los trabajadores residen en hogares pobres, a pesar de mejoras sustanciales en la Asignación Universal por Hijo y las transferencias por Tarjeta Alimentar durante el primer trimestre.

La situación es aún más crítica para los niños, con 7 de cada 10 viviendo en hogares pobres y 3 de cada 10 en hogares indigentes, según datos del ODSA.

El análisis del ODSA apunta a que la principal causa del agravamiento de la situación social se encuentra en las diferentes devaluaciones y su impacto en los precios, sin un ajuste salarial comparable.

Hubo un antes y un después en diciembre de 2023, afirma Salvia, aludiendo a una reducción del consumo, una recesión económica y una caída en la demanda de trabajo, especialmente en el sector informal.

Por otro lado, Martín González Rozada, economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, señala que durante el segundo trimestre se observó un amesetamiento de la pobreza e indigencia debido a una baja en la tasa de inflación y aumentos salariales.

González Rozada advierte que no hay cambio alguno en la matriz económicoocupacional que genera los niveles estructurales de pobreza.

El ODSA pronostica una ligera caída en ambos indicadores durante el segundo trimestre, situándose en torno al 17-18% para la indigencia y el 49-50% para la pobreza.

Salvia enfatiza que para superar estas privaciones necesitamos creación de más y mejores empleos, lo cual se genera a través del crecimiento económico genuino y continuo.

Estas cifras alarmantes ponen en evidencia las profundas desigualdades sociales que enfrenta Argentina y el desafío crucial de generar un desarrollo inclusivo que beneficie a toda la población.