El mundo se conmueve por el fallecimiento de María Branyas, quien a los 117 años dejó atrás una vida llena de experiencias históricas y un testimonio excepcional sobre la resistencia humana.
Nacida en San Francisco en 1907, su larga existencia estuvo marcada por eventos que marcaron al planeta: dos guerras mundiales, la guerra civil española y la pandemia del Covid-19.
Quiero que me encuentren sonriendo, libre y satisfecha, declaraba Branyas con una serenidad que se convirtió en marca registrada.
Su filosofía de vida, basada en el optimismo, rodearse de amor y alejarse de las negatividades, parece haber sido clave para alcanzar una longevidad tan excepcional.
Nunca fui a un hospital y jamás tuve una fractura, afirmaba Rosa Moret, su hija de 78 años.Esta ausencia de problemas médicos, junto con la genética favorable que los expertos señalan como probable factor, han convertido a María Branyas en objeto de estudio para comprender los secretos de la longevidad.
Su ritmo de vida saludable, su dieta equilibrada y su capacidad de encontrar momentos de paz fueron elementos cruciales, explica un experto en gerontología.
Branyas, quien trabajó como enfermera antes de dedicarse a la sanidad pública en Cataluña, encarnó la resiliencia ante los desafíos.
Su historia nos recuerda que la actitud positiva, el amor propio y una vida llena de armonía pueden ser ingredientes esenciales para una existencia larga y plena.